martedì 30 maggio 2023

Petra - Jaime Rosales

il film è raccontato in modo non lineare, ma poi alla fine tutto torna, cavolo, se torna...

la storia è una storia antica, che è sempre attuale, una tragedia greca che si ripete, gli umani sono sempre gli stessi.

una storia d'amore e morte, di genitori e figli, di rimpianti e tragedie, di bugie e verità, di disprezzo e riscatto, di perdono e futuro.

insomma, niente resta escluso.

Jaime Rosales è bravo e Petra (Bárbara Lennie, Alice in Los renglones torcidos de Dios, di Oriol Paulo, e Barbara in Magical girl, di Carlos Vermut) è straordinaria.

buona (enigmatica) visione - Ismaele 


 

 

 

 

con PetraRosales reafirma de nuevo la universalidad y atemporalidad de la tragedia clásica; de una forma de seguir hablando a través de ella sobre temas inherentes a la condición humana como son la identidad, la crueldad, la verdad y la mentira, la redención y el perdón, la venganza, el odio, el amor, las relaciones de poder o la muerte.

Sin embargo, en la tragedia de Rosales también hay una clara voluntad de distanciamiento respecto a la clásica de la que bebe, de tomarla como referente y hacer de ella una singular y sugerente recreación. Pues a diferencia de lo que sucedía en la tragedia griega, donde el relato concluye de una forma trágica, aquí el descubrimiento de ese saber ignorado parece quedar en un segundo plano dejando paso a una reflexión más optimista.

Y es quizá esa puerta abierta de la secuencia final la que también quiere dejar abierta Rosales con esta obra: la misma constituye un punto de inflexión en la filmografía de un cineasta singular que difícilmente llenaba las salas de cine. Pues como el mismo director ha declarado en distintas entrevistas, tras una crisis personal, con este filme, pretendía llegar a un equilibrio entre arte e industria: seguir con ese cine de autor que le caracteriza, con temáticas personales, pero sin renunciar por ello a un cine capaz de reunir una mayor presencia de público. Pues, al fin y al cabo, como declara el director, el cine es arte e industria, algo personal y a su vez colectivo.

da qui

 

Petra comienza en el capítulo segundo de su historia, un episodio que vendrá precedido de un rótulo en el que se desvelará su contenido, y que trata de cómo Petra, una idealista pintora enamorada del concepto platónico de la pureza artística, conoció a Jaume, un prestigioso artista a quien visita con la intención de acercarse a su obra y su forma de trabajar como herramienta de aprendizaje y mejora en su proceso creativo. Con la presentación del tercer capítulo –segundo según el orden cronológico–, nos daremos cuenta de que la película seguirá esta tónica de desvelar acontecimientos de absoluta relevancia para la trama, técnica para dirigir nuestra atención, permitirnos que dejemos de pensar en el posible desenlace de cada acción y centrarnos, sin distracciones ni impaciencias, en la correcta diégesis argumental. En su adscripción al cine de la crueldad, Jaime Rosales presenta una intriga hanekiana hasta la médula, que se recrea, no tanto en la estética del sufrimiento promovida por el director austríaco, sino más bien en la teoría de una tortura psicológica desmedida y, en apariencia, sin fundamento. Sin embargo, esos títulos que parecen arrojarnos spoilers a cada momento, no serán tan relevantes como cabría imaginar, sino que su función será desviar nuestra atención para conducirnos a una exégesis final sublime y de gran impacto.

A diferencia de Haneke, Rosales sí protege al espectador de la sobreexposición a lo doloroso y lo desagradable, lo mantiene en un segundo plano, no lo hace partícipe sino que lo alza a una posición de jurado para que decida la severidad con la que quiere posicionarse en contra de ese artista tiránico que se ha propuesto destrozar la vida de quien se cruce en su camino. El silencio y los espacios vacíos que quedaban rellenos por medio de la violencia se verán ahora inundados por una incesante y desagradable perorata con la que el escultor presenta su antipatía hacia el resto del mundo. Desde el comienzo, Jaume deja claro que lo único que le proporciona placer en la vida es la humillación y el sufrimiento ajeno, sentirse superior al resto del universo y subrayar su posición ostentando una postura suplicante de quien recurre a él. No tardaremos en comprender, viendo las muestras de apatía y desinterés que el idolatrado artista deja a su paso, que su actitud vejatoria se debe, en realidad, a un profundo sentimiento autodestructivo que busca una respuesta a la altura de su vehemencia, por ello su imaginación no descansa en la búsqueda de nuevas formas de provocar dolor y padecimiento, sino que anhela una posible confrontación que le devuelva la ilusión y la emoción, para poder sentirse vivo una vez más.

Llegando al tercer cuarto de metraje todo sufrirá una alteración perceptiva cuando nos demos cuenta de que el falso narrador, aquél desde cuya perspectiva están escritos esos títulos que separan los capítulos, es una voz poco fiable que ha podido estar mintiéndonos o, al menos, ocultando lo realmente importante de cada escena, para hacernos caer en su juego de traiciones de confianza. En el desenlace todo cobrará sentido, la aparentemente desordenada presentación de cada capítulo es entendida ahora como una cuidadosa estrategia de revelado progresivo de información para conducirnos a una anagnórisis exitosa con la que, por fin, entender que el perverso maestro logró su propósito, aunque no todo salió como tenía planeado. Petra es un ejercicio de gran solidez y muy bien trazado, que consigue algo tan complicado como hacer de su guion la principal baza narrativa, sin escudarse en espejismos o desmesurados recursos de montaje; una narración tan cruda como inteligente sobre la tiranía en su estado más salvaje.
 

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Me ha gustado bastante tanto por interpretaciones , como por la trama y por el gusto con la que está llevada . En ocasiones te puede parecer densa y monótona pero son de esas películas que merece dar una oportunidad.

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