Charlotte Rampling non è solo la protagonista, è lei il film.
è una donna sola, il marito è in galera, non può vedere il nipote, deve dare il cane, è sola che più sola non si può, fa anche teatro, ma non basta a farla sta meglio, è una continua e implacabile discesa nella tristezza, nella depressione, nella solitudine nera, solo la morte le potrà dare tregua.
buona, triste, visione - Ismaele
…Optant pour une fixité presque absolue et une palette
de couleurs froides (à l’image des tenues de Hannah), Andrea Pallaoro nous
confronte littéralement à sa protagniste. Il porte le choix d’une approche
naturaliste, impressionnant les gestes que pose Charlotte Rampling, habitée par
un personnage dont elle transcende graduellement l’émoi sans craindre de se
mettre à nu (un jeu d’autant plus délicat que le film comporte très peu de
dialogue et que tout sentiment passe par le corps). D’abord spectateurs
curieux, nous nous interessons moins aux raisons de l’enfermement du mari
d’Hannah qu’à son ressenti. Aussi prétrifiés pouvons-nous être face à ce secret
– dont la gravité se dessine dans la froideur d’un échange entre Hannah et son
fils – nous faisons peu à peu corps avec elle dès lors que nous en percevons
les failles. «Sensationnelle», elle nous habitera longtemps encore après le
générique de fin.
Hannah es un retrato intimista del dolor y la soledad de una
mujer; es un sutil ejercicio de estilo basado en la elipsis y la oposición; es
un análisis crítico del rol del sexo femenino en la sociedad patriarcal; es una
metáfora con visos kafkianos del sinsentido de la existencia… y es mucho más. A
simple vista, empero, y en la estela de su desigual debut en el ámbito del
largometraje –v. gr. Medeas (2013)–, la última película del
director italiano Andrea Pallaoro es meramente el minimalista dibujo del día a
día de la protagonista de la historia, Hannah (una soberbia Charlotte
Rampling), tras el ingreso de su marido en prisión por un delito que nunca se
acaba de precisar pero que, por un conjunto de información sesgada que va
diseminándose a lo largo del metraje, está vinculado al abuso de menores. Con
semejante premisa, un filme más convencional habría ahondado en el
distanciamiento de ambos cónyuges o en el rechazo social que, ante este tipo de
delitos, padece una persona con independencia de su inocencia o de su
culpabilidad. Si bien es cierto que ambos elementos están presentes en la
narración, a Pallaoro sobre todo le interesa incidir en el conflicto interior
de Hannah, cuyo periplo es una lacerante trayectoria de descenso a los
infiernos por el hecho, simple pero crucial, de seguir adscrita al papel que
lleva representando toda su vida…
…es inevitable no pensar asimismo en el clásico
de Chantal Akerman Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080
Bruxelles (1975). Como en este, Pallaoro incide en la vacuidad que
encierra la rutina diaria de la protagonista, bajo la cual se ocultan su rabia
y su frustración. En última instancia, es posible rastrear en Hannah a otras
heroínas trágicas de la ficción, como la Gertrud (1964) de
Carl Theodor Dreyer –en su consciente alejamiento de la realidad– o la Mija de
Chang-dong Lee en Poesía (2010), abocada igualmente a la
soledad y la incomprensión en la edad en la que más apoyo habría de menester y
asida solo a la única ilusión de unas clases para adultos…
… Hannah es una película que no funcionaria
en absoluto sin la magnífica actuación de Charlotte
Rampling que le valió el premio a mejor actriz en el pasado
festival de Venecia. Ella
se encarga de que todas sus acciones por pequeñas que sean estén condicionadas
por todo la trama en off que carga sobre sus espaldas. Conseguimos aproximarnos
a ella de una forma física como psicológica y sentirnos desesperados. Su único
defecto es que la pasividad de las acciones, el ritmo en que suceden y los
pocos estímulos que prevalecen nos acaben desconectando de ella.
… Andrea Pallaoro tenta la difficile operazione di mettere in scena l’isolamento,
la desolazione interiore e il dolore dovuto al progressivo sgretolamento della
vita sociale della protagonista. Nonostante la solita formidabile
prova di Charlotte Rampling, di diritto fra le pretendenti per la
Coppa Volpi per la migliore interpretazione femminile, Hannah si
rivela un’opera ostica e spossante anche per gli spettatori più navigati, a
causa di una messinscena fredda, statica e dai tempi eccessivamente dilatati,
che alla lunga creano un totale distacco fra ciò che avviene su schermo e chi
lo guarda.
La
macchina da presa segue discretamente e con approccio minimalista la triste
esistenza di Hannah, servendosi di lunghi piani sequenza e dell’espressività
della Rampling per dipingere il lento inabissamento e l’inesorabile estraniazione
della protagonista, vittima dei propri demoni interiori e di un insopprimibile
disagio di vivere…
…Hannah
nos muestra a una Charlotte Rimpling que está en estado de gracia,
pocas veces ha estado mas autentica y su interpretación pone la piel de
gallina, parece mentira que sea un joven, y desconocido, director italiano
que haya sacado lo mejor de ella. La actriz francesa está inmensa y refleja
como nadie el dolor interno de alguien que se está desmoronando y sabe que va a
tocar fondo, no hay marcha atrás. La cámara se enamora de la actriz, la devora
y le sigue hasta retratarla de una manera brillante que se agudiza gracias a la
magnifica fotografía de Chayse Irvin, un artesano de la fotografía donde
cada trabajo parece sacado de distintas miradas, ganas tenemos de ver su ultimo
trabajo junto al polémico Spike Lee.
Andrea Pallaoro dosifica de manera inteligente un relato que con
aportaciones mínimas consigue interesar al espectador que quiere saber más y
desgraciadamente no siempre el director da toda la información necesaria.
Somos conscientes que es una película no apta para todos lo públicos en buena
medida por la arriesgada propuesta elegida donde nada parece avanzar y si el
espectador se muestra impaciente es posible que se sienta engañado y consiga
indignarse por la lentitud de lo que nos expone el director italiano. Si por lo
contrario este se deja llevar uno acaba seducido por una propuesta que resulta
incomoda en el planteamiento a la vez que fascina como nos lo va
contando.
Brillantemente rodada, no tanto en lo narrativo, Hannah es
un brutal reflejo de una sociedad que prejuzga de antemano y no da
opción a la defensa. Una película que como una ecuación de matemáticas nada
parece tener sentido cuando se empieza pero que al finalizar uno se da por
satisfecho por haberla resuelto y entender lo que nos propone el autor en la
obra…
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