Icíar Bollaín non fa mai film inutili, sono quasi sempre molto importanti.
Maixabel racconta una storia vera (forse ispirata alla Commissione per la verità e la riconciliazione, creata nel Sudafrica di Mandela e Tutu), Maixabel Lasa iniziò a incontrare e far incontrare parenti delle vittime del terrorismo con i sicari, una rivoluzione contro l'escalation degli omicidi sia da parte di Eta, che di Gal.
la guerra viene "smontata" quando ci si inizia a parlare e a guardarsi negli occhi.
Blanca Portillo e Luis Tosar, ma non solo, sono straordinari, con una recitazione mai sopra le righe, mai urlata, fatta anche di sguardi e silenzi.
gran film da non perdere.
buona (riconciliante) visione - Ismaele
… El
viaje de Tosar a lo largo de su conciencia (ojo a ese plano secuencia en el que
repasa mentalmente los atentados, espectacular) no está apresurado ni falto de
motivos: la película sabe
dosificarlos de una manera inteligente a lo largo del metraje para que su
decisión no nos pille por sorpresa. Blanca Portillo, superando el cliché de la
esposa modelo y la madre coraje, está soberbia igualmente. Esta es una película
de actores, y lo explotan de qué manera.
Icíar Bollaín nos dice que ya está bien de reabrir
heridas y echar sal después: todos
juntos, haciendo un esfuerzo inhumano, podemos salir adelante y cerrar esa
etapa de matanza injustificada e indiscriminada, de familias rotas, de dolor
continuo. Y lo hace sin glorificar al asesino arrepentido, sino ofreciendo
todos los puntos de vista. En la sala, los de allí hemos acabado con lágrimas.
Por algo será.
… El filme se sustenta gracias a la imprescindible
interpretación de Blanca Portillo. Tras ser cuatro veces nominada, finalmente se convierte
en ganadora del premio a Mejor Actriz Protagonista en
los Premios Goya 2022.
Siendo una actriz que no es de origen vasco, encaja perfectamente en el papel
asignado. Famosa por sus papeles en series cómicas como 7 vidas (1999); o posteriormente en las aclamadas
películas de Almodóvar Volver (2006)
o Los abrazos rotos (2009), siendo ganadora del
premio Goya a Mejor Actriz de Reparto por Volver.
Sin embargo, su longeva carrera artística
se asienta de forma más férrea en los escenarios. Ha sido, además, ganadora de
cinco Premios Max. Uno de los galardones más prestigiosos del mundo del teatro
español.
En la reciente película de
Icíar Bollaín, la actriz se eleva hasta lo más alto con su actuación. Una interpretación conmensurada y exquisita. Acompañada
además de una magnífica caracterización. El tesón y serenidad del personaje
real es trasladado a la perfección a la pantalla. Un papel nada fácil de
adoptar por la sensibilidad de la temática. Y la responsabilidad que recae en
sus hombros a la hora de interpretar a Maixabel. No obstante, a través de su
actuación se transmite un gran respeto por la persona. Así como una elegancia
sublime a la hora de llevar a cabo la actuación.
Además, esta no se presenta ostentosa,
sino que por el contrario se transmite con total naturalidad. Desde la tensión
e inquietud ante el primer encuentro con Ibon. Hasta el sosiego que finalmente
consigue obtener al finalizar el mismo. Junto a ella, también es destacable el
papel de la hija de Jauregui, interpretada por la
ganadora al premio Goya de Mejor Actriz Revelación, María Cerezuela.
Un apoyo incondicional para Maixabel, y un rostro diferente a la hora de
afrontar el dolor. Formando así un tándem magnífico y equilibrado. Sustentando
con sus interpretaciones todo el peso de la película…
..Las interpretaciones son muy creíbles.
Portillo es el corazón de la película (tierna, cercana y valiente a la vez) y
Tosar, en un papel con menos minutos de lo esperado, está magnífico en
transmitir con gestos sus pensamientos, sus emociones… la culpa, el
arrepentimiento de un asesino… siempre contenido.
El drama, de ritmo pausado pero que nunca aburre, se cuenta con
sensibilidad, numerosos primeros planos, careos… pero no profundiza demasiado.
No tiene una gran épica psicológica como estudio de personajes, y resulta
esquemático sobre mensajes bienintencionados pero es válido para reflejar el
sufrimiento derivado del hecho criminal y de la conciencia, el peso del
arrepentimiento que convierte al verdugo en víctima de sus actos.
…Maixabel es un emotivo largometraje sobre el
conflicto vasco. La última obra maestra de Icíar Bollaín,
quien con respeto y sensibilidad nos muestra una parte desconocida de ETA.
Aunque bien podría tratarse de justicia universal, es decir de cualquier
conflicto que lamentablemente existen en el mundo.
Las
magistrales interpretaciones de todos los actores rozan el alma, haciendo
difícil no sentir el verdadero arrepentimiento de algunos de los etarras, así
como la fortaleza y dignidad de las víctimas.
Una
historia de nuestro pasado reciente, con una visión positiva donde el diálogo y
la empatía son suficientes razones para ir cerrando heridas.
…La película Maixabel está basada en hechos
reales, sigue la trayectoria de Maixabel Lasa y su intención de comprender por
qué los terroristas hacían lo que hicieron. En la película queda claro que, los
que se arrepienten, ni siquiera saben contestar a algunas cosas. En 2011 la
lucha armada de ETA cesó, pero hay incógnitas que no se han resuelto.
Con Maixabel podemos ver que
hay gente que decide cambiar el rumbo, y víctimas que quieren que los verdugos
les respondan, pero también hay otra cara, la cara de las personas que no
quieren empatizar con aquellos que se lo han arrebatado todo. Esta cara la
refleja también a la perfección María Cerezuela, interpretando a
María Jáuregui, hija de Juan María. Ella no impide a su madre tomar las
decisiones que quiera tomar, ni se lo recrimina, pero le pide que respete su
posición de no querer acercarse a los asesinos de su padre.
Maixabel es una película
que remueve muchísimos sentimientos. Está perfectamente rodada e intenta tener
un balance en esta encrucijada tan difícil para los españoles. Pero lo que más
refleja es que hay que respetar todas las posiciones.
…Hace ya una década que la banda terrorista ETA anunciaba
el ansiado «cese definitivo» de la actividad armada. Pero el cine aún tiene
mucho que decir. Maixabel pone sobre la mesa un debate aún presente y, con un discurso
claro, invita, o no, a la esperanza y a la reflexión. Cine
honesto y valiente que en este caso aborda la culpa y el perdón. Sin duda un
sólido drama en el que la directora Icíar Bollaín arriesga con una historia
nada simple, la de si estamos preparados para cerrar heridas o, quizá, haya
algunas que no podrán cerrarse jamás. Una película que muestra que las heridas
en nuestra sociedad siguen aún presentes y que, sin duda, provocará debates al
verla.
…El desgarrador llanto de una hija que se
te clava en las entrañas y ya no te suelta. La estampa serena de una esposa
abatida, rota por dentro, pero que se niega a rendirse. Las miradas huidizas de
quienes después de cercenar vidas ajenas descubren haber malgastado las propias
al sentirse engañados, utilizados. Estos elementos complejos integran el
armazón de un guion directo e incómodo. Que no se anda con rodeos, pero destila
sensibilidad. Tanta, que el espectador llega a romperse también por momentos.
El mérito está tanto en lo que aquí se cuenta como en cómo se cuenta. Bollaín
posee la habilidad de situar la cámara en el lugar preciso. Sin efectismos. Hay
profusión de primerísimos primeros planos, pero sirven a la perfección al
propósito narrativo del filme. Una película cruda, que recuerda por momentos (y
no es casual) al cine de Ken Loach, pero en la que palpita un alma rota que
implora que la abracen. Quizá la banda sonora de Alberto Iglesias sea
excesivamente complaciente en este sentido, aunque si su partitura no llenase
el silencio de ciertos planos, de secuencias concretas, quizá la cinta sería
aún más dura.
Al catártico despliegue emocional
contribuye un elenco que raya la perfección. Las interpretaciones de Blanca
Portillo y Luis Tosar son ejemplares, pero no lo son menos las de Urko Olazabal
y María Cerezuela. Los suyos son dos papeles muy complejos dentro de esta
historia y ambos logran no solo que los protagonistas no se los coman en
pantalla, sino mantener y elevar la tensión emotiva de una película que no da
tregua en lo sentimental. Digna de alabanza también es la decisión de exprimir
al máximo los recursos cinematográficos apoyando la narración en los efectos de
sonido durante una de las secuencias de mayor impacto del film.
Película que traslada un mensaje muy necesario en estos días de furia, en la
que sus personajes se expresan sin pelos en la lengua, situando a la clase
política ante un avergonzante espejo, y donde la fuerza de las imágenes
engrandece más si cabe el simbolismo de los gestos y decisiones que condujeron
al fin de la organización terrorista que acabó con la vida de 864 personas y
cambió para siempre la de millares de otras.
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