martedì 29 novembre 2022

Maixabel – Icíar Bollaín

Icíar Bollaín non fa mai film inutili, sono quasi sempre molto importanti.

Maixabel racconta una storia vera (forse ispirata alla Commissione per la verità e la riconciliazione, creata nel Sudafrica di Mandela e Tutu), Maixabel Lasa iniziò a incontrare e far incontrare parenti delle vittime del terrorismo con i sicari, una rivoluzione contro l'escalation degli omicidi sia da parte di Eta, che di Gal.

la guerra viene "smontata" quando ci si inizia a parlare e a guardarsi negli occhi.

Blanca Portillo e Luis Tosar, ma non solo, sono straordinari, con una recitazione mai sopra le righe, mai urlata, fatta anche di sguardi e silenzi.

gran film da non perdere.

buona (riconciliante) visione - Ismaele



 

 

El viaje de Tosar a lo largo de su conciencia (ojo a ese plano secuencia en el que repasa mentalmente los atentados, espectacular) no está apresurado ni falto de motivos: la película sabe dosificarlos de una manera inteligente a lo largo del metraje para que su decisión no nos pille por sorpresa. Blanca Portillo, superando el cliché de la esposa modelo y la madre coraje, está soberbia igualmente. Esta es una película de actores, y lo explotan de qué manera.

Icíar Bollaín nos dice que ya está bien de reabrir heridas y echar sal después: todos juntos, haciendo un esfuerzo inhumano, podemos salir adelante y cerrar esa etapa de matanza injustificada e indiscriminada, de familias rotas, de dolor continuo. Y lo hace sin glorificar al asesino arrepentido, sino ofreciendo todos los puntos de vista. En la sala, los de allí hemos acabado con lágrimas. Por algo será.

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El filme se sustenta gracias a la imprescindible interpretación de Blanca Portillo. Tras ser cuatro veces nominada, finalmente se convierte en ganadora del premio a Mejor Actriz Protagonista en los Premios Goya 2022. Siendo una actriz que no es de origen vasco, encaja perfectamente en el papel asignado. Famosa por sus papeles en series cómicas como 7 vidas (1999); o posteriormente en las aclamadas películas de Almodóvar Volver (2006) o Los abrazos rotos (2009), siendo ganadora del premio Goya a Mejor Actriz de Reparto por Volver.

Sin embargo, su longeva carrera artística se asienta de forma más férrea en los escenarios. Ha sido, además, ganadora de cinco Premios Max. Uno de los galardones más prestigiosos del mundo del teatro español.

En la reciente película de Icíar Bollaín, la actriz se eleva hasta lo más alto con su actuación. Una interpretación conmensurada y exquisita. Acompañada además de una magnífica caracterización. El tesón y serenidad del personaje real es trasladado a la perfección a la pantalla. Un papel nada fácil de adoptar por la sensibilidad de la temática. Y la responsabilidad que recae en sus hombros a la hora de interpretar a Maixabel. No obstante, a través de su actuación se transmite un gran respeto por la persona. Así como una elegancia sublime a la hora de llevar a cabo la actuación.

Además, esta no se presenta ostentosa, sino que por el contrario se transmite con total naturalidad. Desde la tensión e inquietud ante el primer encuentro con Ibon. Hasta el sosiego que finalmente consigue obtener al finalizar el mismo. Junto a ella, también es destacable el papel de la hija de Jauregui, interpretada por la ganadora al premio Goya de Mejor Actriz Revelación, María Cerezuela. Un apoyo incondicional para Maixabel, y un rostro diferente a la hora de afrontar el dolor. Formando así un tándem magnífico y equilibrado. Sustentando con sus interpretaciones todo el peso de la película…

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..Las interpretaciones son muy creíbles.
Portillo es el corazón de la película (tierna, cercana y valiente a la vez) y Tosar, en un papel con menos minutos de lo esperado, está magnífico en transmitir con gestos sus pensamientos, sus emociones… la culpa, el arrepentimiento de un asesino… siempre contenido.

El drama, de ritmo pausado pero que nunca aburre, se cuenta con sensibilidad, numerosos primeros planos, careos… pero no profundiza demasiado.
No tiene una gran épica psicológica como estudio de personajes, y resulta esquemático sobre mensajes bienintencionados pero es válido para reflejar el sufrimiento derivado del hecho criminal y de la conciencia, el peso del arrepentimiento que convierte al verdugo en víctima de sus actos.

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Maixabel es un emotivo largometraje sobre el conflicto vasco. La última obra maestra de Icíar Bollaín, quien con respeto y sensibilidad nos muestra una parte desconocida de ETA. Aunque bien podría tratarse de justicia universal, es decir de cualquier conflicto que lamentablemente existen en el mundo.

Las magistrales interpretaciones de todos los actores rozan el alma, haciendo difícil no sentir el verdadero arrepentimiento de algunos de los etarras, así como la fortaleza y dignidad de las víctimas.

Una historia de nuestro pasado reciente, con una visión positiva donde el diálogo y la empatía son suficientes razones para ir cerrando heridas.

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…La película Maixabel está basada en hechos reales, sigue la trayectoria de Maixabel Lasa y su intención de comprender por qué los terroristas hacían lo que hicieron. En la película queda claro que, los que se arrepienten, ni siquiera saben contestar a algunas cosas. En 2011 la lucha armada de ETA cesó, pero hay incógnitas que no se han resuelto.

Con Maixabel podemos ver que hay gente que decide cambiar el rumbo, y víctimas que quieren que los verdugos les respondan, pero también hay otra cara, la cara de las personas que no quieren empatizar con aquellos que se lo han arrebatado todo. Esta cara la refleja también a la perfección María Cerezuela, interpretando a María Jáuregui, hija de Juan María. Ella no impide a su madre tomar las decisiones que quiera tomar, ni se lo recrimina, pero le pide que respete su posición de no querer acercarse a los asesinos de su padre.

Maixabel es una película que remueve muchísimos sentimientos. Está perfectamente rodada e intenta tener un balance en esta encrucijada tan difícil para los españoles. Pero lo que más refleja es que hay que respetar todas las posiciones.

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Hace ya una década que la banda terrorista ETA anunciaba el ansiado «cese definitivo» de la actividad armada. Pero el cine aún tiene mucho que decir. Maixabel pone sobre la mesa un debate aún presente y, con un discurso claro, invita, o no, a la esperanza y a la reflexión. Cine honesto y valiente que en este caso aborda la culpa y el perdón. Sin duda un sólido drama en el que la directora Icíar Bollaín arriesga con una historia nada simple, la de si estamos preparados para cerrar heridas o, quizá, haya algunas que no podrán cerrarse jamás. Una película que muestra que las heridas en nuestra sociedad siguen aún presentes y que, sin duda, provocará debates al verla.

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…El desgarrador llanto de una hija que se te clava en las entrañas y ya no te suelta. La estampa serena de una esposa abatida, rota por dentro, pero que se niega a rendirse. Las miradas huidizas de quienes después de cercenar vidas ajenas descubren haber malgastado las propias al sentirse engañados, utilizados. Estos elementos complejos integran el armazón de un guion directo e incómodo. Que no se anda con rodeos, pero destila sensibilidad. Tanta, que el espectador llega a romperse también por momentos. El mérito está tanto en lo que aquí se cuenta como en cómo se cuenta. Bollaín posee la habilidad de situar la cámara en el lugar preciso. Sin efectismos. Hay profusión de primerísimos primeros planos, pero sirven a la perfección al propósito narrativo del filme. Una película cruda, que recuerda por momentos (y no es casual) al cine de Ken Loach, pero en la que palpita un alma rota que implora que la abracen. Quizá la banda sonora de Alberto Iglesias sea excesivamente complaciente en este sentido, aunque si su partitura no llenase el silencio de ciertos planos, de secuencias concretas, quizá la cinta sería aún más dura.

Al catártico despliegue emocional contribuye un elenco que raya la perfección. Las interpretaciones de Blanca Portillo y Luis Tosar son ejemplares, pero no lo son menos las de Urko Olazabal y María Cerezuela. Los suyos son dos papeles muy complejos dentro de esta historia y ambos logran no solo que los protagonistas no se los coman en pantalla, sino mantener y elevar la tensión emotiva de una película que no da tregua en lo sentimental. Digna de alabanza también es la decisión de exprimir al máximo los recursos cinematográficos apoyando la narración en los efectos de sonido durante una de las secuencias de mayor impacto del film. Película que traslada un mensaje muy necesario en estos días de furia, en la que sus personajes se expresan sin pelos en la lengua, situando a la clase política ante un avergonzante espejo, y donde la fuerza de las imágenes engrandece más si cabe el simbolismo de los gestos y decisiones que condujeron al fin de la organización terrorista que acabó con la vida de 864 personas y cambió para siempre la de millares de otras.

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