una famiglia felice, nella capitale, e poi dopo un terribile incidente vediamo solo Santiago, in Patagonia, rifugio dei disadattati, a fare diversi lavori per andare avanti.
Santiago ha dei compagni di lavoro amici per la pelle, ma ha anche dei fantasmi che non lo lasciano in pace.
e poi c'è il telefono, che a volte suona a vuoto, a volte non si riesce a parlare.
e poi Santiago trova il coraggio e parte...
un bel film (come li fa sempre Pablo Trapero), non perdetevelo.
buona (patagonica) visione - Ismaele
…Improvvisamente, Nacido y Criado,
quarto lungometraggio di Pablo Trapero, cambia spazi e colori: dagli interni
caldi e protettivi della vita di famiglia agli esterni freddi ed esposti del
profondo sud dell'Argentina, dove ritroviamo Santiago da solo, barbuto e
trasandato, operaio sperduto di una sperduta pista d'atterraggio fra le
montagne. Un paesaggio dell'anima, deserto e inospitale, battuto dal vento o
sepolto dalla neve. La sua unica compagnia sono il collega Robert e l'indiano
Cacique, responsabile della torre di controllo. Le donne qui non esistono o
quasi.
Santiago lavora e la regia di Pablo Trapero accorda grande attenzione al gesto,
spia che il corpo vive anche quando dentro ci sembra d'esser morti. Santiago
non parla, e Trapero costruisce per lui un cinema del silenzio eloquente. Spara
per cacciare e guadagnare con le pelli, ma anche perché si crede un assassino,
responsabile della fine della sua famiglia. Più avanti spara per uccidere i
fantasmi che non gli danno tregua…
El personaje de “Nacido y Criado” pasa de una vida suntuosa y
tranquila en Buenos Aires al paisaje árido y reiterativo de la Patagonia. Este
primer contraste está ahí ante la vista de todos. La cinta comienza con ese
preámbulo porteño donde la felicidad de los protagonistas parece estar
consumada. En Cineismo.com Marcos Vieytes sostiene que la película podría verse
tranquilamente a partir del accidente: “entrar a verla por segunda vez veinte
minutos más tarde, justo en el momento del accidente, para comprobar que la
trama que va desde ese punto hasta el final no nos deja extrañar en lo más
mínimo el
prólogo urbano”. Comparto esa posibilidad, sobre
todo porque las escenas iniciales tienen algo de comercial de Ace,
con mucho blanco (hasta las ideas de diseño- Santiago y Milli son diseñadores-
claman por el blanco); pero también está claro que debemos relacionarnos de
alguna manera con el pasado de “Santiago” para entender su silencio y su dolor.
Creo que el director Pablo Trapero busca inmiscuirnos en la trama mucho más de
lo que nosotros pudiéremos llegar a suponer.
Algunos aspectos del guión parecen un tanto
ilógicos o apresurados, pero el cine no tiene porque ser siempre demostrable
científicamente, o en todo caso, se atiene a su propia lógica, a sus propios
parámetros; no habría modo de explicar a Fellini o a Bergman, o entender a
Superman si antes de entrar a una sala no cediéramos un poco en la lógica.
Nuestra mente terriblemente humana reacciona y toma en ocasiones el camino
menos concurrido, el que nadie sugirió, en lugar de aquel que el común de los
mortales hubiese sentido como la vía más cercana a lo previsible, a lo seguro.
La decisión de Santiago de “rajar” para el invierno sureño es una metáfora del
pretexto, un ardid para no verle la cara al sufrimiento y no aceptar su
situación…
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