domenica 7 luglio 2019

Sueño en otro idioma - Ernesto Contreras

un giovane linguista vuole raccogliere le ultime testimonianze di una lingua che muore, gli ultimi due parlanti si tengono a distanza, la nipote, e tutti gli altri abitanti del villaggio, sognano di migrare nel ricco paese a nord.
c'è della magia, nel film, che possono capire tutti, forse,  ma sopratutto chi parla il Zikril, una lingua inventata apposta per il film.
è un piccolo gioiellino da non perdere, non sarà perfetto, ma avercene film così - Ismaele

QUI il film completo, in spagnolo e in zikril


Desde que conocí la premisa de este filme un par de meses atrás, quedé francamente intrigado y fascinado; la idea de los últimos dos hombres poseedores del conocimiento de una lengua negados a conversar entre sí es sencillamente brillante.
Sueño en otro idioma -ganadora del premio del público en Sundance 2017- es una película magistral en todos los sentidos, no sólo mezcla temas de rabiosa actualidad como la migración con problemas eternos relacionados al conservadurismo social, sino que se vale de una combinación de géneros que van del realismo mágico hasta  chispazos muy finos de comedia.
Uno de los principales atractivos de este filme radica precisamente en los pequeños -o no- elementos fantásticos que generan una permanente atmósfera mística a lo largo del relato, que es un ingrediente fundamental en las diversas culturas indígenas mexicanas. Más allá de la preservación de las tradiciones regionales, Sueño en otro idioma se sostiene sobre una historia de amor accidentado tan interesante que por momentos deja de lado lo colectivo para centrarse en la historia de dos personas que intentan poner en orden su vida pasada y presente.
Haciendo a un costado lo maravilloso del argumento, esta película tiene mucho que agradecerle a sus dos protagonistas, Eligio Meléndez y José Manuel Poncelis, cuya prodigiosa colaboración llena la pantalla de momentos verdaderamente mágicos. Además del gran trabajo de Ernesto Contreras en la dirección, lo hecho a través de la lente de Tonatiuh Martínez no tiene otro adjetivo que no sea impecable, y es que es precisamente el factor estético el que nos adentra y nos aparta entre el mundo real y el de la fantasía.
Recomiendo el visionado de esta cinta en especial al espectador de cine mexicano que está harto de ver propuestas cortadas con la misma tijera, y es que siendo muy honestos estamos ante uno de esos filmes que lo hacen a uno pensar en la cantidad de historias que pueden contarse en nuestro país sin tener que recurrir a lo mismo de siempre, y sólo es cosa de voltear la mirada a esos sitios que no todos quieren ver, porque es precisamente ahí donde radican las historias mas entrañables. Sueño en otro idioma, las palabras sobran.

Para ilustrar el punto, el director veracruzano Ernesto Contreras y su escritor (¿y hermano?) Carlos Contreras crearon el idioma cicril exclusivamente para la película, ya sea por respeto a otras lenguas o por comodidad para la producción. La forma en que desarrollan la historia y manejan a los actores en derredor de esta lengua es fantástico. De verdad uno se la cree que están hablando una lengua real a punto de fallecer.
Y si de fallecer hablamos, también es un punto muy atinado que la historia evite la trama de «rescatar la lengua», y que mejor se enfoca en «conocer a los que la hablan». Afrontémoslo: cuando llega la hora de morir de una lenguaje, ya hay muy poco por hacer mas que registrarlo y aprender de él.
…Y también, la película es una advertencia sobre el arrepentimiento. No por algo que se haya hecho, sino por algo que ya no se hizo. Arrepentimiento por dejar pasar oportunidades, por no expresar lo sentido, por dejar ir lo que nos pudo haber hecho mejores personas.
Ese es el fuerte de la película: que debajo del misticismo del pueblo perdido en la sierra, debajo de una historia romántica, hay una verdadera propuesta de contar algo conmovedor.

¿…Qué es lo que no me gustó? Que pudo haber sido un poco más rápido el asunto, sin repetir tanta toma contemplativa del verde de la jungla, de los árboles de la jungla, de las copas de los árboles de la jungla… ¡Ah! Y que la película trata como una GRAN REVELACIÓN, el secreto de los dos ancianos, cuando el público ya se las huele a 5 minutos de comenzada la historia.
Sueño en otro idioma es un gran ejemplo de como se puede hacer buen cine, sobre temas mexicanos, siendo entretenida y accesibles con la audiencia. Más de estas por favor.

“Sueño en otro idioma” es un relato con varias capas de lectura que van desde la historia de amistad y amor, hasta una metáfora de la desaparición definitiva de una forma de entender el mundo. La película utiliza dos líneas de tiempo en su narrativa entrelazada para hablar en una de ellas del profundo cariño que había entre Isauro y Evaristo, cómo fue que se transformó en rencor, y que luego del paso de varias décadas de conflicto, se llegó a un destino de autoaceptación y de perdón; mientras que en la segunda línea temporal reflexiona sobre la importancia de la conservación de las leguas indígenas como una oportunidad única de poder concebir una nueva percepción de la realidad.
Y es que el Zikril –lengua ficticia creada exclusivamente para la película– permite a sus hablantes comunicarse con las aves y los árboles de la selva; es una manera más amplia y profunda de ver y entender una realidad que para otros es inaccesible, de establecer una comunión con la naturaleza, con el entorno social y con uno mismo; y es, por supuesto, muy distinta a la visión miope y reduccionista impuesta por el avance de la llamada «civilización». Sin embargo, la cinta muestra cómo es que los jóvenes de la comunidad no se han dedicado a mantener vivo el Zikril, sino que se han preocupado más por aprender bien el español y algunos hasta se interesan en aprender inglés para tener mayores oportunidades cuando decidan emigrar a otros puntos de México o a los Estados Unidos, como en el caso de Lluvia (Fátima Molina), la maestra de inglés del poblado y nieta de Don Isauro que comienza secretamente un romance con Martín…

El mensaje que esta película nos deja es la apreciación de las culturas y paisajes que tenemos en nuestro país. Por mucho tiempo, las culturas autóctonas fueron vistas como algo inferior a la cultura moderna de la mayoría de México y este film nos demuestra lo mucho que podemos aprender y obtener de estas culturas que son parte de nosotros como país. México es uno de los países con mayor número de idiomas nativos en el mundo, sin embargo año tras año más lenguas están en peligro de extinción y éstas deberían de ser estudiadas y valoradas. Al igual, la naturaleza que nos rodea está llena de vida y magia que muchas veces no apreciamos.
La idea de inclusión y respeto a las minorías es algo extremadamente importante en la película y el director, que le da supremo respeto a la lengua indígena, las formas de vida local y otros temas importantes…

La genialidad del argumento de esta película radica en su sencillez. Carlos Contreras, el guionista, junto con su hermano Ernesto, el director, aciertan en juntar el drama personal de los dos últimos hablantes del Zikril, Evaristo (Eligio Meléndez) e Isauro (José Molina), con el trágico riesgo de la  extinción de un idioma colmado de significados mágicos.
La trama es compleja porque estos dos  personajes no han hablado en medio siglo a pesar de haber sido buenos amigos en el pasado. Los rencores y reclamos los separan y tienen que ver con una historia de amor entrelazada que en realidad nunca terminó. Es por eso que Martín le pide ayuda a Lluvia (Fátima Molina) para convencer  a su abuelo Evaristo de que se reúna con Isauro para grabarlos. Pero el resentimiento y los miedos del anciano impiden la reconciliación.
El desempeño del elenco es destacado, gracias a una dirección limpia y sin pretensiones. Son notables las participaciones de Juan Pablo de Santiago y Hoze Meléndez.
Otro elemento importante es el tratamiento fotográfico de la niebla y la lluvia en un escenario tan exuberante como puede ser la selva. Tonatiuh Martínez, el cinefotógrafo, realiza una labor complicada al registrar el entorno, convirtiéndolo en una pieza más a favor de la historia.
Sueño en otro idioma es una película importante para nuestros tiempos, que va del realismo mágico al  naturalismo eficiente y viaja en la frontera del misticismo propio de las culturas indígenas mexicanas. La cinta tiene implicaciones éticas y morales que quedan impregnadas en la piel del espectador y que invitan a la reflexión mucho tiempo después de haberla visto…






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