siamo nei giorni del golpe dell'11 settembre del 1973, in Cile.
Carmen, Carlos e Germán, il figlio, sono una famigia di comunisti che va in vacanza, in un paesetto al nord del Cile.
arriva il golpe, arrestano molta gente, molti li hanno giustiziati nei giorni del golpe e in quelli successivi, bisognava estirpare il comunismo.
poi succede che Pinochet crea la carovana della morte e gli assassini lavoreranno molto, fucilando tanti esseri umani, il terrore si crea così.
ma la moglie di Carlos, la vedova, da un certo punto in poi, è un avvocato che sa quello che vuole, con tutte le difficoltà di essere in un paese militarizzato.
Andrés Wood è bravissimo a rendere tutto il dolore e lo schifo di quegli anni.
questo è successo, e succede spesso.
è un film da vedere, in spagnolo con i sottotitoli in spagnolo, non sarà facile, ma il film merita questo piccolo sforzo, sarà difficile vederlo in italiano.
buona visione - Ismaele
…Lo más destacable, por lo ilustrativo e insólito visto en
la perspectiva del tiempo, es que nunca antes se había mostrado con tanta
claridad en una ficción la crudeza de la represión militar y las
responsabilidades de las más altas autoridades de la dictadura en esos
crímenes, partiendo incluso por Pinochet. Ese salvajismo, exhibido sin ambages,
deja completamente claro que estamos hablando de asesinos seriales pagados por
el Estado. Un juicio político que afirmado como una verdad en televisión,
resulta más incontrarrestable que cualquier declaración pública o libro de
historia.
El cine de Andrés Wood nunca se ha caracterizado por ser
demasiado sutil o tener alguna clase de –llamémoslo- misterio o hermetismo.
Todo parece muy preclaro, determinado, pisando siempre sobre seguro, sin
espacio para ambigüedades. Un cine del que uno nunca puede extraviarse. Y por
eso suele pecar de cierto formalismo institucional, de historia oficial. Una
historia oficial, por cierto, que en esta serie es contada desde la tragedia de
una mujer de clase media alta (así como la Unidad Popular era vista a través de
los ojos de un niño de la misma extracción social en Machuca).
Pareciera que para certificar la brutalidad del atropello se necesitara que la
protagonista pertenezca a un grupo económico acomodado. En ese sentido, no deja
de ser perturbador que la manera de intentar dañarla sea asesinando a su
empleada doméstica. Aunque este es un hecho verídico, la fría reacción del
personaje Carmen Hertz frente a ese brutal homicidio, nos muestra el quiebre traumático que debió haber significado para la verdadera
Carmen Hertz (y que la llevó a irse fuera de Chile por varios años).
Por su historia, Ecos del desierto es
legítimamente un aporte a la construcción de nuestra memoria colectiva, pero
como pieza audiovisual tiene limitaciones que la mantienen lejos de cualquier
reconocimiento formal incluso dentro de la misma filmografía de Wood
… Ecos del desierto no es una serie para
divertirse ni para pasar el rato, pero es de visión imprescindible para las
personas que quieran conocer de primera mano, las atrocidades que el ser humano
es capaz de cometer con la excusa de Dios y la patria, en este caso a cargo de
los militares golpistas con los opositores democráticos chilenos. Su visión les
va a incomodar y seguramente a indignar, pero la televisión tiene un poder para
denunciar hechos que debería ser utilizada mas a menudo como en este excelente
ejemplo de reconstrucción histórica.
… Como abogada representó a cientos
de personas que no tenían dinero ni confianza para contratar servicios de
defensoría. En aquella época no se podía creer en nadie. Y Carmen junto a su
equipo entregaron el apoyo y confianza a los familiares y víctimas de abusos de
lesa humanidad.
Es increíble que a pesar de la
muerte de su esposo Carlos Berger, asesinado por “La caravana de la muerte” en
octubre de 1973, a pesar de ser madre de un pequeño niño en medio del terror y
a pesar de ser constantemente acosada por los efectivos de los organismo de
inteligencia del régimen, haya decidido continuar adelante, controlar su miedo
y arriesgar todo por conseguir justicia donde a simple vista no se encontraría.
Carmen es un ejemplo para las
mujeres actuales que nos dejamos avasallar por problemas económicos, por deudas
con tiendas de retail, por hombres que no nos aman, al contrario nos dañan y
agreden, por inseguridades producto de los estereotipos estéticos, por
pastillas como el ravotril que nos adormecen sin permitirnos ver la tremenda
fuerza interna que existe en nuestro género.
Mientras hoy mueren cientos de
personas en Siria y tantas mujeres quedan solas luchando con y por sus hijos,
no es posible que nosotras continuemos preocupadas solo de frivolidades
habiendo un mundo en crisis que necesita de nuestra contención y acción.
Mujeres debemos dejar de mantenernos en silencio, haciendo como si el elefante
rosado de la habitación no estuviera ahí mirándonos acusándonos por nuestra
complicidad con las injusticias sociales y por nuestro adormecimiento en los
brazos del neolieralismo que nos acurruca entre sus cientos de tarjetas de
crédito.
Ciertamente, en los momentos más
críticos es donde vemos hasta dónde puede llegar el poder del ser humano y eso
es lo que Carmen se ha encargado de demostrar. Las mujeres somos capaces de
hacer justicia, sin violencia, sin represión, simplemente con constancia y
trabajo. Creo que deberíamos mirar un poco más su historia de vida y
convencernos que una par de zapatos más o menos no hará la diferencia.
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