in certi momenti sembra di vedere un documentario, e però il "realismo magico" è sempre lì, e il dottor Fuentes siamo noi, che dalle nostre comode poltrone non sappiamo niente.
grande cinema da non perdere - Ismaele
L’umanità trasmessa dalle immagini di John Sayles è
cosa più unica che rara. Questo autentico cineasta indipendente – e, per
favore, dimentichiamoci i vari pupilli di “indiewood” -, che gira un
film americano nel quale verranno pronunciate tre o quattro battute in inglese
(il resto, anzi, “il più” è un misto di spagnolo e dialetti indios), è tra i pochissimi a
riuscire nell’impresa di realizzare un cinema di denuncia - nel senso più alto
e profondo del termine -, eludendo questioni banalmente fattuali, e componendo
spaccati umani e sociali di realistica intensità.
In Men
With Guns – discutibile, la
“traduzione” pacchiana e melodrammatica del titolo italiano –, di pistole non
ce ne sono molte, e di colpi sparati ancora meno: ma ogni colpo, ogni arma
(presente o evocata) ha il peso tragico e drammatico della realtà. Una realtà
che, nel racconto saylesiano, si confonde col mito e con la leggenda…
da qui
…It is a credit to Sayles that he creates five
vivid, three-dimensional characters in two hours. In actuality, the film runs a
little long (this often happens when a director edits his own material, since
he can be reluctant to cut certain potentially unnecessary scenes). The
performances are all good, and, although the acting in many Spanish-language
films tends towards over-the-top melodrama, Sayles keeps his actors focused so
that their work is relatively low-key. Two Americans, Mandy Patinkin and Kathryn
Grody, have small-but-important parts. Their characters serve a dual purpose --
to provide much-needed comic relief and to illustrate how it's possible to be
focused on the past but oblivious to the present.
Reduced to broad generalizations, Men with Guns is an adventure story -- a sort of Don Quixote meets Heart of Darkness. What marks
this film as special isn't just that the surface details are believable, but
that there is great richness and breadth to the issues addressed within. Where
does innocence end and ignorance begin? How much responsibility do we bear for
circumstances when we hide from them? And, if we learn the truth, how do we
respond when all roads lead to desperation, futility, and failure? While Men with Guns ends on an artificially uplifting
note, the prevailing tone is one of bleak hopelessness. This is a
thought-provoking motion picture that, like many of Sayles' other efforts,
demands that we ponder complex questions.
…El
Dr. Fuentes, epónimo de todos nosotros, espectadores de la película,
cómodamente sentados ante la pantalla, va conociendo lentamente unas realidades
hasta el momento desconocidas; unas verdades incómodas, que desde su afamada
consulta ignoraba, orgulloso al aquietar su conciencia con la creación de ese
grupo de jóvenes médicos que iban a desarrollar muníficamente sus saberes en
beneficio de una población indígena idealizada.
La realidad de los dolorosos hechos que irá descubriendo, descenso a los horrores de un infierno terráqueo, mientras asciende penosamente por los montes, aldea escondida tras otra, le hará tambalear éticamente, estupefacto al escuchar cómo los médicos han sido "desplazados" por inconvenientes, al devenir supuestamente en partidarios de la guerrilla popular contra el ejército regulador de la situación: los "hombres armados" del ejército consideran a los médicos como a sus enemigos, y la guerrilla los mira como representantes del mundo "civilizado", del mundo de "los blancos".
Dos mundos muy diferentes, como entenderá el Dr. al explicar, a la luz de la lumbre, los variadísimos sabores de helados que pueden degustarse en la ciudad, a unos guerrilleros que jamás han comido un helado.... soñando en comer uno un día...
La realidad de los dolorosos hechos que irá descubriendo, descenso a los horrores de un infierno terráqueo, mientras asciende penosamente por los montes, aldea escondida tras otra, le hará tambalear éticamente, estupefacto al escuchar cómo los médicos han sido "desplazados" por inconvenientes, al devenir supuestamente en partidarios de la guerrilla popular contra el ejército regulador de la situación: los "hombres armados" del ejército consideran a los médicos como a sus enemigos, y la guerrilla los mira como representantes del mundo "civilizado", del mundo de "los blancos".
Dos mundos muy diferentes, como entenderá el Dr. al explicar, a la luz de la lumbre, los variadísimos sabores de helados que pueden degustarse en la ciudad, a unos guerrilleros que jamás han comido un helado.... soñando en comer uno un día...
…Una
película muy dura, que reúne todos los despropósitos anticomerciales que
imaginarse puedan, pero que, pese a su largo metraje, más de dos horas, es de
visión obligada para cualquier cinéfilo consciente que el cine no tan sólo ha de
ser divertimento, constituyéndose al fin y al cabo Hombres Armados en un
ejemplo sobresaliente de cine de autor, cine independiente con claro mensaje
social, lo más alejado que se pueda considerar del denominado eufemísticamente
"cine indie". Imprescindible.
…"Men With
Guns" is immensely moving and sad, and yet because it dares so much, it is
an exhilarating film. It frees itself from specific stories about this villain
or that strategy, to stand back and look at the big picture: at societies in
collapse because power has been concentrated in the hands of small men made big
with guns. I understand guns in war, in hunting, in sport. But when a man feels
he needs a gun to leave his house in the morning, I fear that man. I fear his
fear. He believes that the only man more powerless than himself is a dead man.
da qui
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