Samuel va via di casa ai suoi 18 anni e deve imparare a stere al mondo da solo.
ha un handicap non piccolo, ma lui combatte sempre.
i due protagonisti, Juan José Ballesta (è il suo quarto film che vedo) e Adriana Ugarte, sono perfetti.
il film è un gioiellino da non perdere, promesso - Ismaele
…El relato está plagado de seres
descolocados, fuera de sitio, a los que la vida y una sociedad muy mal montada,
o la propia extrañeza, arrojan al margen de la felicidad, donde las conexiones
amistosas escasean y hasta sorprenden, y en la que la inocencia no tiene lugar
o llama hasta tal punto la atención que resulta sospechosa. Pero hay también
percepciones intangibles, ingenuos actos de fidelidad personal, silencios
cómplices, miradas candorosas, identidades cálidas que ayudan a sobrevivir en
medio del naufragio, y a las que une, precisamente, la diferencia. Estamos, a
fin de cuentas, hablando de marginalidades.
Aunque en los primeros momentos del film, Cabeza de perro parezca
apuntar a una historia de psicología clínica proclive a desconcertantes efectos
sensoriales, lo cierto es que la peripecia vital de Ismael se mueve sobre todo
en el terreno de una curiosa espiritualidad, entre mágica y primordial, que uno
no sabe muy bien cómo describir, pero que genera una paulatina y entrañable
complicidad.
La película de Amodeo posee claros ingredientes del lenguaje de los
cuentos: la voz narradora casi continua (que llega a pesar en exceso y a la que
se confía a veces la justificación facilona de algunas situaciones poco
explicables), una ambientación rayana a menudo en lo fantástico, unos
personajes secundarios quintaesenciados cuya simplicidad sirve de contrapunto a
la tenue complejidad del protagonista, recursos cromáticos y animaciones
digitales que pretenden la atemporalidad y el toque poético, y hasta una bonita,
pero no al uso, historia de amor.
Al acabar de redactar estas líneas me viene sin poderlo evitar a la
memoria el recuerdo de aquella otra película que trataba, con parecido estilo,
de una muchacha ni tonta ni lista, pero también de cristal, que se llamaba Amelie. Apuntada
la referencia, hay que admitir empero que la narrativa audiovisual de Cabeza
de perro es -¿cómo decirlo?- más rudimentaria. Tiempo habrá
para la depuración.
…lo cierto es que desde sus primeros fotogramas, CABEZA
DE PERRO descubre su personalidad. Esos planos iniciales que sin mediar palabra
nos hacen intuir que nos encontramos ante la concentración posterior a un
funeral, y que sirven para presentar al protagonista en su entorno, recreado
por un Juan José Ballesta que demuestra, por si a alguien le cabe duda, no solo
su versatilidad, sino quizá ser uno de los talentos más valiosos con que cuenta
nuestro cine en materia de jóvenes intérpretes. Por fortuna, su valía se está
plasmando en una carrera destacada en títulos siempre interesantes, hasta el
punto que ver una de sus películas equivale a tener unas ciertas garantías
previas de calidad. A poco que siga en ese sendero, las posibilidades que tiene
como intérprete son realmente inmensas. Al tiempo.
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