domenica 16 giugno 2019

Soledad – Agustina Macri

inizio dal nome della regista, suo padre è il presidente argentino, molto di destra, anche Saverio Costanzo è figlio di un famoso piduista, e però bisogna tagliare il cordone ombelicale e giudicare i film.
Soledad è la storia di Sole, che arriva da Buenos Aires a Torino e si innamora di Baleno, e finirà in galera con i suoi amici.
se uno guarda il film capisce, se ancora non lo sapeva, che, come per Pinelli, gli anarchici sono perfetti come capri espiatori (nel 1997 qualcuno scriveva «Alla fine i servizi segreti immoleranno qualche ragazzo di campagna», la giustizia riconoscerà che quei tre non erano terroristi, peccato che intanto Sole e Baleno erano morti),
capisce ancora che quella inchiesta è stata pilotata/decisa dall'alto, come per le inchieste sulla TAV, ipotizziamo,
si ha la conferma che certi dirigenti di polizia (delle forze dell'ordine, diciamo) dovrebbero stare in galera, invece mandano degli innocenti(e poi vengono promossi, il G8 del 2001 insegna),
si intuisce la manina dei servizi segreti
certo il film non è completo e perfetto, a volte gli anarchici sono stereotipati, ma il film non è un saggio storico, o un documentario.
Soledad (Vera Spinetta, bravissima, anche lei figlia di un padre famoso) è sola, esiliata in campagna, minacciata da quel dirigente di polizia degno di uno stato fascista, non regge il dolore.
un film da non lasciar perdere, sopratutto, ma non solo, per tutti quelli che sanno poco o niente della storia, una trentina di sale, tranne che in Piemonte - Ismaele




Soledad plantea una circunstancia inédita en la historia del cine, en tanto se trata de la primera película filmada por un pariente directo de un mandatario en ejercicio. Agustina Macri (36) es la hija mayor del presidente de la Nación. Primero se recibió de socióloga y luego estudió cine en Barcelona. Antes de ésta, su ópera prima de ficción, dirigió algún documental para televisión y produjo algún otro (Boca Juniors confidencial, subido recientemente a Netflix). Así como participó de Snowden, el film más reciente de Oliver Stone. Frente a su primer largo de ficción y dadas las circunstancias, es posible que asomen dos sospechas. La primera es que se trate de un capricho de niña rica que después de algunas películas quizá dirigirá teatro o pondrá una asesoría de imagen. La segunda, que el hecho de ser hija del Presidente es lo que le permitió filmar. A menos que haya algún financiamiento oculto (lo cual, tratándose del PRO no es tan descabellado pensar), esta especulación no parece muy pertinente, ya que Soledad cuenta entre sus productores a Fernando Sulichin, el argentino que viene ejerciendo ese rol desde Malcolm X (1992), con una docena de films para Oliver Stone. Incluyendo Snowden, donde trabó relación con Agustina Macri. En cuanto a qué clase de seriedad tiene el proyecto de Soledad, es de esperar que la respuesta se desprenda de las líneas que siguen.
Escrita por Agustina Macri y Paolo Logli sobre una crónica de Martín Caparrós, Soledad recrea el caso de María Soledad Rosas, una chica de clase media porteña que tras estudiar hotelería viajó a Italia a los 23 años, bancada por sus padres, y allí trabó contacto con un grupo de squatters (ocupantes de casas deshabitadas), iniciándose en el anarquismo. Tras una introducción breve y difusa (hubiera sido bueno mostrar más claramente la dinámica familiar, para entender de qué quiere tomar distancia la protagonista), la película de Macri –suena raro decirlo– salta a Italia, donde encuentra a Soledad (Vera Spinetta) tomando algo en un bullicioso bar turinés, junto a su amiga Silvia (Fabiana García Lago) y unos muchachos locales. Narrada desde los ojos de la protagonista, Soledad cuenta una iniciación clásica, doble y simultánea: en el amor y la política, encarnadas ambas en Baleno (Marco Lombardo), con quien la chica comienza a convivir, en el marco de la cohabitación con el resto de los integrantes del grupo anarquista, que hacen de esa convivencia, y del squatterismo, uno de los cimientos de su política.
Parafraseando la película de Lina Wertmüller que supo ser un icono de los años 70 en Argentina, la crónica de Caparrós se llama Amor y anarquía, y mantiene en sincro esos dos ámbitos de la vida de Soledad. Es significativo que Agustina Macri no haya mantenido el título del libro, en la medida en que ahora el factor político, si bien no ha desaparecido del todo, pasa a un segundo plano. El primero queda para lo más propio del relato de formación de Soledad: la narración en primera persona y las fases de la iniciación, señaladas tanto por el pasaje del idioma castellano a un italiano cocoliche, pero italiano al fin, como por el rapado del cabello, que emblematiza su corte con el origen de clase media y su asunción como militante anarquista. 
Con un quiebre narrativo marcado por una acusación amañada por parte del Estado italiano, que signa la segunda parte de la película, más trágica y ominosa, el enfoque de Macri tiende a lo rústico y visceral, sin chiches de ninguna índole y siguiendo siempre la inserción de la protagonista en ese mundo en el que nunca parece estar del todo cómoda. En alguna escena de trifulca, la utilización de la cámara en mano, circulando entre los personajes, es apropiadísima, transmitiendo nervio pero no confusión visual. A lo largo de casi dos horas el relato circula con fluidez, sin saltos y dando la sensación de que se está narrando lo esencial, aunque sí se hacen sentir las ausencias señaladas. Seca, concentrada, sin sentimentalismos pero bien metida en un papel que le exige ir entrando de a poco, Vera Spinetta sintoniza a la perfección con la propuesta de la realizadora. No hay tilinguerías ni dispendio, ni lujos obscenos. En otras palabras, Soledad es macrista porque le pertenece a Agustina, no a Mauricio. 
Forse la preoccupazione più grande era proprio che la pellicola della Macri potesse infierire ulteriormente su una storia già superstraziata dai media. Soprattuto nel finale si può cogliere anche una certa delicatezza in cui le atmosfere si fanno più fredde e rarefatte e sullo schermo dilaga la solitudine di un animo dilaniato. Una solitudine viscerale ispirata dalla stessa etimologia del nome… Soledad

…sull'impossibilità di Soledad di reggere dinanzi alla perdita del compagno si deve porre l'attenzione guardando questo film. Perché se lo si legge da pro TAV o da anti TAV (tema peraltro liquidato in poche battute senza il, forse, necessario approfondimento) oppure da pro o contro l'ideale anarchico si finisce per fare una valutazione aprioristica ed inevitabilmente di parte. Anche perché Soledad detta Sole ed Edoardo detto Baleno non vengono presentati (e probabilmente non erano) come dei Sacco e Vanzetti dei nostri giorni. 
Gli slogan che enunciano sono spesso velleitari e sovradimensionati ("Siamo in guerra") e la composta dignità dei due anarchici emigrati negli Stati Uniti e condannati innocenti alla sedia elettrica non fa parte del loro bagaglio culturale. Quello che conta maggiormente è l'analisi di una solitudine (soledad), di un disagio avvertito dalla protagonista (una Vera Spinetta che sostiene con grande partecipazione interpretativa il personaggio) sin dalla sua vita in famiglia a Buenos Aires.
Soledad trova nel gruppo anarchico torinese una comunità capace di farla sentire parte attiva di un tutto. Quando poi nasce un sentimento di amore per Edoardo questa sensazione si fa ancora più intensa. Le sbarre dietro cui viene rinchiusa la seguiranno anche quando sarà fisicamente libera ma interiormente ammanettata a chi aveva dato un senso alla sua esistenza. È questa la storia che Agustina Macri porta sullo schermo grazie anche, tra gli altri, al sostegno (che va sottolineato) della Film Commission Torino Piemonte.

Más allá de la indudable intensidad de la historia real, Soledad apuesta a una prolijidad que genera cierto distanciamiento. En algunos pasajes, la película remite a un clásico del cine argentino a la hora de retratar la rebeldía juvenil como Tango feroz, de Marcelo Piñeyro; por ejemplo, cuando apuesta a una edición propia del videoclip con la canción "Matador", de los Fabulosos Cadillacs, sonando de fondo. Pese a estas y otras decisiones artísticas -todas conscientes- que convierten a una historia excepcional en una película por momentos bastante convencional, se trata de una buena carta de presentación para una directora que -está claro- logra trascender cualquier tipo de prejuicio de quienes pretendan limitar su carrera cinematográfica por el mero hecho de ser "la hija de".




oltre il film:


http://www.notavtorino.org/bibliografia.htm   una bibliografia su Scongiurare le grandi opere inutili - in particolare il TAV Torino-Lione e su Le mafie, ormai partners ovunque di affari e politica (dal sito notavtorino)

qui puoi scaricare il libro Le scarpe dei suicidi, di Tobia Imperato

http://www.stpauls.it/fc98/1498fc/1498fc20.htm    Degrado e insofferenza dietro il fenomeno degli squatter

 https://bibliotecaanarchica.org/library/ultima-fermata-dall-attacco-contro-l-alta-velocita-in-val-susa   Ultima Fermata - dall’attacco contro l’Alta velocità in Val Susa alla difesa degli spazi occupati a Torino





http://www.arivista.org/?nr=335&pag=20.htm   La memoria dei ribelli, di Maria Matteo

https://finimondo.org/node/2207  una recensione/stroncatura (o peggio) del libro di Martín Caparrós


http://www.labottegadelbarbieri.org/ventanni-senza-sole/   Vent’anni senza Sole, di Gianni Sartori

https://www.anarcopedia.org/index.php/Sole,_Baleno_e_Pelissero  la storia di Sole e Baleno, dal sito di anarcopedia


il libro Quando hanno aperto la cella, di Luigi Manconi e Valentina Calderone, viene dedicato dagli autori a Fabrizio De Andrè, che nel 1998 omaggiava Soledad Rosas dedicandole, durante il suo ultimo tour, Smisurata Preghiera (da qui)

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