You,
the Living contiene già Un piccione seduto su un ramo
riflette sull'esistenza,
il film premiato a Venezia nel 2014.
comico e
tragico si alternano e si rincorrono, in quel mondo lontano che è il nostro.
secondo
me sarebbero piaciuti a Giacomo Leopardi, questi 50 piccoli e densi episodi da
Zibaldone dell'umanità.
gran
film, da recuperare senz'altro - Ismaele
ps: Roy Andersson ha fatto molti corti pubblicitari, imperdibili; per chi li vuole (ri)vedere, eccoli qui
…Andersson’s
“You, the Living” is hypnotic. Drab, weary people slog through another
depressing day in a world without any bright colors. A bitter alcoholic woman
sits on a park bench hatefully insulting a fat, meek man, screams that she will
never see him again, finds out there’s veal roast for dinner, and says she may
drop by later. A tuba player complains that the bank has lost 34 percent of his
retirement fund. He says this while a naked Brunnehilde with a Viking helmet
has loud sex with him. A carpet salesman loses a sale because someone sold the
end off a 10-foot runner.
So it goes. There are 50 vignettes in
this film, almost all shot with a static camera, in medium and long shots.
Sometimes the characters look directly at us and complain. A psychiatrist says
he has spent 27 years trying to help mean and selfish people be happy and asks,
what’s the point? A girl imagines her marriage with the rock guitarist she has
a crush on. The tuba player is hated by his wife and his downstairs neighbor. A
bass drum player is also unpopular when he rehearses…
…Andersson
-todo un director de culto- no volvió a filmar hasta 2007, cuando estrenó en
Cannes Du levande, aquí rebautizada como La comedia de la vida. Sin dejar de reconocerle méritos, la
visión -en un mucho más modesto microcine de la calle Ayacucho- de su nuevo
trabajo no me generó ninguna de las sensaciones que aún conservo de aquel film
que aprecié en 2001: fascinación, asombro, entusiasmo.
No sé quién cambió más (probablemente sea
yo), pero el efecto ya no fue el mismo. Y digo que el "problema" aquí
es el receptor porque el cineasta sueco sigue sosteniendo y hasta redoblando la
apuesta por historias corales, episódicas, que ofrecen una visión pesimista,
desesperanzada sobre la angustia existencial, sobre la vida más bien gris de
los centros urbanos, con sus atascamientos de tránsito, sus moles de hormigón,
sus borrachines de bar, sus penosos músicos, sus empresarios despiadados, las
pesadillas de sus antihéroes (como un albañil que es ejecutado en la silla
eléctrica por romper un juego de porcelana), bombardeos y lluvias bíblicas.
Entre el humor físico, el surrealismo/lo
onírico y la tragicomedia negra (una extraña mezcla entre Buster Keaton y
Jacques Tati, Delicatessen y Aki Kaurismäki),
Andersson construye una fábula que recurre siempre al humor absurdo, al
artificio, a la exageración y al desparpajo. Su cine, es innegable, está lleno
de ideas, muchas de ellas muy buenas, pero, al menos en el caso de La comedia de la vida, la acumulación abruma y la suma, el
resultado final, es menos interesante que cada una de sus partes por separado.
De todas maneras, aunque no es una
propuesta que me haya generado un efecto eufórico, la recomiendo. La recomiendo
porque es Andersson un autor a contracorriente, dueño de un cine diferente y
simpre arriesgado. Y porque es una proeza que se sigan estrenando este tipo de
películas, en fílmico, en un mercado tan diezmado como el actual. Ojalá le vaya
bien. Se lo merece.
…However, You,
the Living goes off the tracks in choosing its targets. In Songs
from the Second Floor, Andersson took aim at corporate hot shots and
government officials for their mendacious, clueless behavior. His satire was
barbed and appropriately savage. Unfortunately, You, the Living takes
aim at ordinary people. Andersson, who also wrote the script for the film,
makes fun of curious customs (strange movements to a song sung at a formal banquet),
infirmaties (a man using a walker pulling a dog hopelessly entangled in its
leash), and annoying behaviors (playing a tuba in the house). These bits are
laugh-out-loud funny, but they are cheap shots nonetheless and rather
pointless. Yes, some people will never be satisfied, and we might just blow
ourselves up because we don’t seem to know any better. But seeing the world as
populated with miserable grotesques is more than a caricature; it’s a deeply
misanthropic world view that really doesn’t offer much to movie audiences but a
chance to feel mean and superior, too…
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