Colosio: el asesinato - Carlos Bolado

mi ricordavo di un Colosio ammazzato nel 1994, in Messico, ma non ricordavo altro, poi mi è capitato questo film di Carlos Bolado (regista di un film bellissimo intitolato "Promises", del 2001, visto per "colpa" di Fuoriorario, una storia di bambini, palestinesi e israeliani), e sulla fiducia ho iniziato a guardarlo.
è un film bellissimo, thriller e politico ("JFK" di Stone insegna), non ti annoi un attimo, ti stupisce che mai l'hai potuto vedere al cinema, un film così potente, ma cercalo, qui c'è il mondo come è, ed è terribilmente schifoso, non lo cambierai, e sapere le cose come sono ti farà soffrire, se non vuoi soffrire non guardarlo, ma sappi che stai perdendo un piccolo capolavoro di grande cinema - Ismaele

…Resulta apasionante acercarse a un crimen que recuerda a los de Aldo Moro —con la figura ténebre de Giulio Andreotti— o el de John Fitzgerald Kennedy. El director Carlos Bolado utiliza la artificiosidad de la película de Oliver Stone JFK (1991) para atenazar al espectador, y para ofrecer una tesis inapelable: se trató de un crimen de Estado, organizado desde los más altos niveles de la política en México —incluidos elementos del Estado Mayor Presidencial y de la Procuraduría General de la República—, a contrapelo de la versión oficial, que sostiene que el político sonorense fue asesinado por Mario Aburto Martínez, un pobre hombre que habría actuado en solitario…

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En la reseña de Heli escrita para la web de Caimán CdC, Carlos F. Heredero definía desde Cannes el nuevo film de Amat Escalante como “un durísimo y desesperanzado retrato de la vida en los entornos de la sociedad mexicana que padecen las atroces consecuencias de la violencia generada por el narcotráfico y por las sucias vinculaciones de éste con el ejército y con la policía”. El último plano de Colosio, el asesinato, metáfora que a modo de epílogo subraya el mensaje del film, muestra el cauce de un río manchado de sangre. Un abismo distancia las propuestas de Escalante y Carlos Bolado, director de Colosio…, y sin embargo existe en ambos la voluntad de arrojarnos a esa corriente sangrienta que es la historia contemporánea de México. Bolado se detiene en uno de sus episodios más oscuros: el asesinato en 1994 de Luis Donaldo Colosio, candidato del Partido Revolucionario Institucional a la presidencia de la República. Delfín del presidente Carlos Salinas, la víctima pronunció días antes de su muerte, durante la campaña electoral, una célebre perorata en Ciudad de México en la que ponía en jaque la política neoliberal de su gobierno y hacía temblar los cimientos de una élite sustentada en la corrupción y el narcotráfico.

El film es un discurso que no admite réplica, suscribe la teoría de la conspiración y reabre un caso que se cerró con un único (y dudoso) culpable. Adentrándose en una hipotética investigación paralela que habría encargado el propio PRI, Bolado construye un thriller de ritmo atropellado y formas manidas que concluye con un rotundo desenlace al que le sobran epílogos para dejar claro su mensaje: absolutamente nadie que se atreva a plantarle cara al sistema escapará de sus garras.

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“Hay décadas en las que no pasa nada y semanas en las que pasan décadas”. La frase, atribuida a Lenin, abre el metraje de esta “ficción basada en hechos reales”, rótulo que se puede leer a continuación, en todo un ejercicio de honradez intelectual, aceptando la ficcionalización –y, por tanto, el necesario sesgo y la dramatización– de esos acontecimientos que suponen el núcleo argumental: el magnicidio del 23 de marzo de 1994 en Tijuana. El por entonces candidato a la presidencia por el PRI, Luis Donaldo Colosio, fue asesinado supuestamente por un gatillero, aunque la película trata de demostrar que todo se debió a una conspiración urdida en las más altas esferas del gobierno mexicano, que se encargó de ocultar su intervención y condenar a un chivo expiatorio. La película se estructura en paralelo, supeditándose a esos hechos reales: por un lado, la investigación oficial que se llevó a cabo como un lavado de cara y para legitimar la versión gubernamental, y por otro, las pesquisas que el propio gobierno encargó secretamente a los servicios de inteligencia…

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…El valor de esta cinta no sólo radica en su calidad cinematográfica, que si bien no es la producción del año, sí se define y defiende como una “superproducción” mexicana, a la altura de cualquier éxito comercial hollywodense; asimismo, es una película que presenta inquietudes sociales, dudas políticas y le da a la población material que demuestra la evolución del pensamiento mediático del país…

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