martedì 12 agosto 2014

Un lugar sin limites – Arturo Ripstein

tratta da un romanzo di Josè Donoso, è una storia di violenza, di machismo, di vendetta.
Manuela, il travestito, odiata e amata dagli uomini del paese, ha un bar-bordello, in un villaggio che verrà venduto a qualcuno, dal "padrone" del villaggio.
il clima di sopraffazione e di violenza, sempre sul punto di esplodere, si respirano per tutto il film.
all'inizio del film appare una frase (di Christopher Marlowe), che Mefistofele dice a Faust:
…lì dove noi siamo è inferno, e dove
è questo inferno, dobbiamo esser sempre:
e in breve, quando il mondo andrà dissolto
nell'ora in cui ciascuna creatura
è giudicata, allora quello spazio
che non è cielo, sarà tutto inferno
(da qui)

alla fine capisci cosa vuol dire Mefistofele, non resti tranquillo, l'ansia prende anche chi guarda il film, non riesci a essere fuori, il luogo senza limiti ti cattura - Ismaele








…muchos de los teóricos del cine que se refieren al cine de Ripstein y a sus recursos temáticos, hacen referencia a dos tópicos fundamentales: la denuncia de la intolerancia y al encierro físico en consonancia con la opresión psicológica de los personajes. El lugar sin límites se convierte en un paradigma de estas preocupaciones. Es un filme que expone algunos problemas sociales del México contemporáneo, posando su mirada enfáticamente sobre el macho mexicano y sus problemas. Además, maneja la metáfora del infierno, el macho como diablo, lo malo del pecado y la intención deliberadamente punitiva del destino.
Basada en la novela homónima de José Donoso, la realización de la transposición de El lugar sin límites fue primero idea de Luis Buñuel, quien nunca se decidió a llevarla a cabo. Aunque no figure en los créditos de la película, el guión fue encomendado en primer término a Manuel Puig; pero éste rehusó poner su firma al trabajo, temeroso del tratamiento que Ripstein daría a la temática homosexual. Roberto Cobo, el joven marginal Jaibo de Los olvidados, es ahora La Manuela, el travesti del burdel, casi el único edificio en funcionamiento de todo El Olivo, un pueblo abandonado por las autoridades y por Dios.
La historia está ambientada en un pequeño pueblo por el que sólo pasa el tren una vez por semana. Allí viven La Manuela, el travesti al que todos conocen, la Japonesita, su hija –producto de una noche de alcohol y del más grande acto de omnipotencia del cacique del pueblo-, y algunas otras prostitutas ya viejas y cansadas como la Cloty y la Nelly. Todas viven al amparo de don Alejo Cruz, una suerte de señor feudal, que intenta vender como sea todas las casas del pueblo para que pueda ser destruido por un consorcio. A la angustiante paz del pueblo llega Pancho Vega después de un año a saldar dos deudas pendientes: con don Alejo, a quien debe el dinero de unos fletes, y con La Manuela, a quien se la tiene “sentenciada” desde entonces, a quien estuvo a punto de “hacerle quién sabe qué” si no hubiese sido por la intervención de don Alejo.
Aunque con alteraciones respecto del final de la novela, que es del año 1967, la adaptación fílmica es muy fiel al original. Las modificaciones en el final acentúan el tono cadavérico y trágico del ser mexicano donde confluyen pasiones, frustraciones y represiones, y donde se concentra el núcleo melodramático fuerte.

La película se basa en el conflicto entre dos personajes: Pancho y Manuela. Pancho ha llegado a El Olivo, el pueblo donde se desarrolla la acción, y anuncia su llegada en la puerta del prostíbulo donde está Manuela, quien al reconocer el sonido del camión de Pancho, recuerda la amenaza hecha por él un año atrás y teme que la cumpla. La presentación de estos dos personajes inaugura la extraña manera en que se da el proceso de construcción del género. Mientras Pancho se presenta como un conductor de camión, profesión asociada a la masculinidad, que llega a demostrar y hacer valer su hombría cumpliendo lo prometido, Manuela se muestra de una manera más particular. El primer acercamiento que tenemos a ella como espectadores es a través de un primer plano de la mano. Inicialmente no sabemos quién es el dueño de esa mano, pero reconocemos ciertas características corporales que nos podrían dar una pista del género del portador. Las uñas están pintadas de rojo, pero el antebrazo es velludo, es decir, un cuerpo de hombre con un atributo supuestamente femenino. Cuando la cámara hace un plano general de la habitación y luego un acercamiento a la cama donde duerme Manuela con su hija, reconocemos que no es una mujer, que es un hombre; por lo menos eso dice su cuerpo, aunque no sus palabras…
da qui

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