sabato 4 aprile 2015

Two Half Times in Hell - Zoltán Fábri

il film racconta una storia davvero successa, tutti conosciamo "Fuga per la vittoria", di John Huston, che abbiamo visto tante volte in tv, film entusiasmante, che finisce bene.
la storia vera è ben altra (leggi qui e qui), e "Two Half Times in Hell" la racconta fedelmente.
il film non passa mai  in tv, sarà che è in bianco e nero, sarà che non finisce come le favole.
eppure è un gran film, che parla sì del calcio, ma non dimentica la crudeltà e la realtà dell'oppressione nazista.
gli organizzatori della partita omaggio a Hitler sono gli stessi che avrebbero sparato con piacere a Jesse Owens, un negro che aveva osato battere gli atleti bianchi, nel 1936, a Berlino, ma lì c'erano troppi testimoni.
cercate questo piccolo grande film ungherese, non lo si dimenticherà più - Ismaele





Two half times in hell es una drama aunque por momentos no lo parezca. Pasa de ser un film simplemente simpático a uno que no se olvida debido a su final atrevido e inesperado. Zoltán Fábri, que tambien participó en el guión, traza unos personajes con motivaciones dramáticas muy personales consiguiendo que el espectador pueda empatizar fácilmente con ellos…

En primer lugar, el campo de juego no será un lujoso estadio abarrotado de público, sino que el campo de juego en este caso será una simple explanada aderezada con un par de porterías y las líneas que demarcan el terreno de juego. Tampoco hay partisanos que tratan de ayudar a escapar a los jugadores, al contrario, en este partido los jugadores conocen de antemano que la fuga es imposible, siendo pues el único objetivo la victoria, animados por el resto de convictos que a medida que pasa el tiempo tornarán su inicial desconfianza en el teatrillo montado por los nazis en un ánimo sin fisuras hacia su equipo ante la posibilidad de visualizar aunque sea únicamente en el escaso espacio temporal de duración de un partido la derrota del enemigo. Asimismo,  Two Half-Times in Hell carece de jugadores profesionales dentro de su elenco protagonista, por lo que no contemplaremos jugadas de exacerbada belleza plástica, ni regates imposibles, ni por descontado rabonas ni taconazos. Aquí el juego es sucio, al igual que es sucia la guerra que sirve de marco ambiental al film, pero ello no es óbice para que Fábri filme las secuencias futbolísticas con un talento solo al alcance de los grandes ofreciendo un espectáculo cinematográfico al espectador de primera magnitud, inyectando a medida que transcurre el tiempo las necesarias gotas de suspense y heroísmo que precisa una película de estas características. Y ello es llevado a cabo con el talento de los grandes, mezclando con virtuosismo planos cenitales con travellings tomados a ras de campo que suponen todo un soplo de realismo del que adolece la cinta americana..
Sobran las palabras para calificar a esta gran obra maestra del cine magiar. Lo más maravilloso de este tipo de films es sin duda el hecho de poder conocer estas obras escondidas del cine europeo que espero que el transcurso del tiempo y la curiosidad del cinéfilo conviertan en obras de referencia popular. Quien descubra por primera vez Two Half-Times in Hell disfrutará de una película maravillosa, perfectamente ambientada, montada e interpretada perteneciente a ese cine europeo de los sesenta que combinaba a la perfección entretenimiento con filosofía trascendental y humanismo. Sin duda una película que marca.

To celebrate Hitler’s birthday, the commander of a Hungarian labour camp decides to arrange a football match between his inmates and a team of visiting German soldiers, and enlists the talents of a celebrated former footballer to help make it happen, whose only request being that he and his teammates be properly fed and excused from work. However, the minds of the eleven men – comprising of Communists, criminals, and Jews – soon turn to thoughts of escape, in Fábri’s unevenly diverting wartime comedy-drama. Strange tonal changes, unlikely plot developments, and a general overlength detract somewhat from the entertainment, but charismatic performances and several laugh-out-loud moments make this film, which was remade by John Huston as Escape to Victory (1981), more than worth a watch.

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