mercoledì 15 aprile 2020

Cabeza de perro – Santi Amodeo

Santi Amodeo stupisce sempre, nel bene e nel benissimo.
Samuel va via di casa ai suoi 18 anni e deve imparare a stere al mondo da solo.
ha un handicap non piccolo, ma lui combatte sempre.
i due protagonisti, Juan José Ballesta (è il suo quarto film che vedo) e Adriana Ugarte, sono perfetti.
il film è un gioiellino da non perdere, promesso - Ismaele




…El relato está plagado de seres descolocados, fuera de sitio, a los que la vida y una sociedad muy mal montada, o la propia extrañeza, arrojan al margen de la felicidad, donde las conexiones amistosas escasean y hasta sorprenden, y en la que la inocencia no tiene lugar o llama hasta tal punto la atención que resulta sospechosa. Pero hay también percepciones intangibles, ingenuos actos de fidelidad personal, silencios cómplices, miradas candorosas, identidades cálidas que ayudan a sobrevivir en medio del naufragio, y a las que une, precisamente, la diferencia. Estamos, a fin de cuentas, hablando de marginalidades.
Aunque en los primeros momentos del film, Cabeza de perro parezca apuntar a una historia de psicología clínica proclive a desconcertantes efectos sensoriales, lo cierto es que la peripecia vital de Ismael se mueve sobre todo en el terreno de una curiosa espiritualidad, entre mágica y primordial, que uno no sabe muy bien cómo describir, pero que genera una paulatina y entrañable complicidad.
La película de Amodeo posee claros ingredientes del lenguaje de los cuentos: la voz narradora casi continua (que llega a pesar en exceso y a la que se confía a veces la justificación facilona de algunas situaciones poco explicables), una ambientación rayana a menudo en lo fantástico, unos personajes secundarios quintaesenciados cuya simplicidad sirve de contrapunto a la tenue complejidad del protagonista, recursos cromáticos y animaciones digitales que pretenden la atemporalidad y el toque poético, y hasta una bonita, pero no al uso, historia de amor.
Al acabar de redactar estas líneas me viene sin poderlo evitar a la memoria el recuerdo de aquella otra película que trataba, con parecido estilo, de una muchacha ni tonta ni lista, pero también de cristal, que se llamaba AmelieApuntada la referencia, hay que admitir empero que la narrativa audiovisual de Cabeza de perro es -¿cómo decirlo?- más rudimentaria. Tiempo habrá para la depuración.

lo cierto es que desde sus primeros fotogramas, CABEZA DE PERRO descubre su personalidad. Esos planos iniciales que sin mediar palabra nos hacen intuir que nos encontramos ante la concentración posterior a un funeral, y que sirven para presentar al protagonista en su entorno, recreado por un Juan José Ballesta que demuestra, por si a alguien le cabe duda, no solo su versatilidad, sino quizá ser uno de los talentos más valiosos con que cuenta nuestro cine en materia de jóvenes intérpretes. Por fortuna, su valía se está plasmando en una carrera destacada en títulos siempre interesantes, hasta el punto que ver una de sus películas equivale a tener unas ciertas garantías previas de calidad. A poco que siga en ese sendero, las posibilidades que tiene como intérprete son realmente inmensas. Al tiempo.

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