venerdì 14 dicembre 2012

Violeta se fue a los cielos - Andrés Wood

  
uno di quei film da non perdere, Andrés Wood è un bravissimo regista cileno e qui si racconta di Violeta Parra.
non è un film agiografico, ci sono le debolezze e le grandezze di Violeta Parra, è un film ruvido e sincero e Francisca Gavilán "è" Violeta.
vale davvero il tempo della visione - Ismaele 

Ps: da noi si sa troppo poco dei film che non siano europei e statiunitensi, gli altri americani fanno cose diverse dai vicini todopoderosos, altro stile, altre storie, bisogna cercarli, molti meritano molto



Violeta Parra, chanteuse, poète et peintre, est une véritable icône de la culture chilienne. Violeta retrace le destin d’une femme hors du commun, ses succès et sa déchéance. De son enfance aux côtés d’un père alcoolique, en passant par son apprentissage de la guitare, son rapport brutal et déterminé à la maternité et au monde, ses engagements esthétiques et politiques, jusqu’à sa fin tragique. Rythmé par ses chants poignants et minéraux, tout droit sortis des entrailles de la terre chilienne, et construit avec une grande liberté, le portrait de cette artiste tourmentée et passionnée est porté avec une grâce magnétique par Francisca Gavilan…

El filme del director de Machuca sobre la cantautora más importante de Chile no es la típica biografía ni tampoco otra rapsodia desatada sobre el dolor del artista incomprendido. Esto no es, por suerte, La Vida en Rosa. La Violeta Parra de esta cinta (magníficamente interpretada por Francisca Gavilán) es una mujer que sufre, que llora y que tiene el final trágico que todos conocemos, pero no es una víctima.
En su ir y venir entre el tiempo y el espacio, este retrato arma un personaje que consigue casi todo lo que desea: el oficio de los cantores, el aplauso de los mineros, el aprecio de la alta cultura parisina, el amor de un hombre más joven.
Pero la artista quiere más. Y en su afán puede ser egoísta, hosca, incluso cruel. Esa contradicción entre la ternura con que mira al país como grupo y las ideas fijas que la hacen perder de vista a sus más íntimos, Wood la filma de cerca, con una cercanía tibia inédita en su filmografía hasta ahora, una cercanía apenas presente en La Buena Vida y que se arriesga –para bien- al exceso y a lo ambiguo.
El relato salta entre épocas y lugares pero, si su fidelidad a los datos históricos podría discutirse, está fuera de duda su calidad como experiencia en pantalla. Esta bien puede ser la película más vistosa y ágil que haya estrenado su director…

Violeta se fue a los cielos no es una película biográfica. No, al menos, en los términos de costumbre. Tras verla, no nos sentimos en condiciones de abrumar con datos sobre Violeta Parra. Sí de decir que hemos experimentado -que seguimos experimentando- su subjetividad, como en un sueño, un sueño en el que por momentos fuimos ella.
La palabra subjetividad y la palabra sueño indican que el realizador chileno Andrés Wood no procuró filmar la historia oficial de Parra, como tampoco intentó respetar la cronología de su vida ni abordarla desde el mero realismo. Prefirió lo episódico a lo abarcativo; lo pulsional a lo práctico; lo caóticamente onírico a lo prolijamente real. Su filme es, en más de un sentido, un rescate emotivo.
Wood aclaró que sin Francisca Gavilán, la estupenda -y para nosotros desconocida- actriz que hace de Parra, no habría película. De acuerdo. Y no sólo por cómo encarna al personaje, o por cómo interpreta versiones bellísimas de sus canciones, sino por su compleja e intensísima capacidad para envolvernos en un universo íntimo y hacernos “sentir a” o “sentir como” Parra. Una Parra ficcional: aclaración sin importancia…

…Como en Frida, naturaleza viva –una película que parecería haber sido todo un referente–, la estructura de rompecabezas no es un capricho formal, sino la manifestación de una imposibilidad: la de darles un sentido unívoco a tantas Violetas. ¿Cómo es que la que fue una chica tímida, acomplejada por sus pozos de viruela, en cuanto ve al suizo le echa el ojo y se propone “meterlo en la cama y sacarle todo el jugo”? ¿Cómo la invitada a cantar en la embajada termina su presentación sin la menor diplomacia, escupiéndole “sordo de mierda” al embajador y, de paso, a todos los invitados? ¿Cómo puede esa mujer enterarse que se le murió una beba y seguir de gira? ¿Cómo conciliar el humanismo de “Gracias a la vida” con el protopunk de “Maldigo del alto cielo”?
Lúcidamente, Violeta se fue a los cielos no pretende homogeneizar ni conciliar nada. Por el contrario, pone al espectador frente a pedazos que no encajan, o se despegan y se salen…
da qui

2 commenti:

  1. in effetti ci sono tanti registi cileni che si fanno valere... un filone molto interessante.

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  2. siamo un po'troppo pigri, bisogna impegnarsi di più.
    pochi ne arrivano in sala, da quella parte del mondo, purtroppo.

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